Comienzo este blog con la primera entrega de una de las diversas series que tengo pensado editar: la elección del pavimento mas apropiado en cada caso. Como muchos de los temas que trataré, el de los pavimentos es tan amplio que lo subiré en varios capítulos y alternado con otros temas, para no hacerme pesado.
Tenemos que tener en cuenta que el pavimento es una de los elementos que aportan mayor personalidad a un ambiente por lo que su estética es importante, pero, al tiempo, también es de los componentes de una estancia que más sufre y se deteriora por el uso. Por este motivo hay muchas preguntas que debemos formularnos antes de decantarnos por uno un otro tipo de suelo.
Lo primero que tenemos que tener claro es si priorizamos la estética frente a la practicidad o viceversa. Si buscamos un pavimento que nos dure decenas de años o podremos cambiarlo en un plazo más corto de tiempo. Si exigimos visualmente un pavimento continuo o no nos importa, incluso nos gustan, las juntas propias del suelo.
Una vez definidos estos factores es hora de empezar a pensar en el uso que le vamos a dar, en los factores que van a influir en su desgaste: el tipo de vivienda (piso, en varias plantas, planta baja con zona exterior…), su localización (si está en zona urbana, en el campo o en la playa), la edad de las personas que la habitan habitualmente, si tenemos animales en casa. Incluso tenemos que plantearnos si queremos el mismo pavimento en toda la vivienda o toleramos que haya pavimentos distintos en zonas distintas, en función del uso de cada una de esas zonas.
Si conseguimos tener la respuesta a cada una de esas preguntas tendremos el punto de partida claro para empezar nuestra elección. La cantidad de materiales, modelos, colores, texturas, durezas, acabados… es tan amplia que empezar el proceso de elección, o de eliminación al menos, sin ningún planteamiento claro supondría un gran riesgo de errar en los materiales elegidos.
En la paleta disponible hay productos tan diversos como los mármoles y granitos, el gres, la tarima de madera natural o sintética, el parqué de madera natural, los linóleos, las moquetas, los conglomerados de cuarzo, los pavimentos continuos de resina o de cemento… en fin, una amplia gama que poco a poco iremos conociendo.
Ahora tengo que pensar para las próximas entradas si presentar los productos por familias o por aplicaciones. No creáis que es sencillo porque las nuevas tecnologías han hecho posible que de casi todos los materiales se puedan fabricar distintas texturas, acabados y resistencias. Para que os hagáis una idea: Ni el pavimento de la primera foto es madera ni el de la segunda foto es baldosa de gres. Todo un mundo por descubrir.
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