Además nos insistieron mucho en que la escalera de caracol que subía a la planta superior era muy incómoda y para Manu, que pasa los 190 cms, era un problema usarla porque su cabeza llegaba al forjado superior mucho antes de lo deseable.
La reforma de cuartos de baño consistió sobre en una renovación estética y pequeños cambios que nos permitiesen espacios de lavabo más amplios, así como el cambio de la bañera por una ducha en el baño principal.
La idea de la cocina abierta al salón no convencía del todo a Raquel y Manu, pero no estaban en contra de que visualmente ambos espacios estuviesen muy conectados e, incluso, que de alguna forma se pudiese abrir a voluntad la cocina al salón. Nuestra propuesta fue una amplia puerta corredera, casi entera de cristal, que permitía un gran espacio de paso entre cocina y salón. Hasta el punto de que pudimos convencerlos de prescindir de la mesa de cocina (dada la cercanía de la mesa de comedor) y sustituirla por una península que nos permitió envolver y dar sentido a una inoportuna columna central y dotar la cocina de más almacenaje y zona de trabajo en encimera.
El uso del mismo pavimento en toda la planta nos aporta el efecto necesario para percibir la continuidad buscada.
Por fin abordamos el problema de la escalera. Un nuevo diseño de escalera, más escultural pero perfectamente pensado para mejorar la accesibilidad, y la creación de doble altura de techo en el contorno del ojo de la escalera nos dieron lo que necesitábamos para solucionar un tema tan importante.